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Channel: La ciudad tras el sol
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Dando sentido al servicio.

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Desconcertado por un hábito foráneo
en un lugar donde yo soy el extranjero,
contemplo ensimismado el convencimiento y aplomo
con que muchos encaran las labores ligadas a su elección.

Me escandalizo al principio para, después, asombrarme
y…, cuando al fin me repongo y me centro en los sentidos,
alcanzo a ver brevemente un atisbo de esa otra naturaleza
que se asoma por detrás de la voluptuosidad de unas formas.

Bajo el prima acostumbrado… seres serviles y obscenos,
mutan de forma espontánea cuando obran sin tapujos,
mientras elevan a nuevas cotas de implicación y armonía
el carácter inaudito que reflejan en sus modos.

Cuerpos y mentes entregados a un proyecto,
entidades con conciencia que se retan a sí mismas
definiendo ese propósito que late y fluye en sus pieles
como gotas de rocío que se suman a un torrente.

Extraen belleza en lo abyecto de mil maneras distintas
pues no fían al aspecto el valor de una persona
y, en cambio, fijan sus miras en el carácter que imprimen
al compromiso que adquieren cuando empeñan su palabra.

Nunca me hubiera atrevido a insinuar este arte,
mas… me sorprendo a mi mismo aprobándolo en secreto
 aceptando como justo el reglamento que apunta
a desterrar la impostura de morales “torcideras”.

Ya no veo la indecencia en aquello que practican
ni censuro sus costumbres por trasgredir nuestras normas.
Simplemente soy testigo y, sin más, quiero exponerlo;
ya cada cual que decida lo que hace con la historia.

No hay virtud en una carne despojada del deseo
ni se ofrece aprendizaje sin contar con experiencias.
La voluntad de uno mismo es el grado que se mide
y… el motivo que nos mueve… nos legitima o afea.





Parada indefinida.

Estampas de Qarpadia.

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Si bien en nuestros ámbitos cotidianos nos resultaría extraño, impactante y…, hasta incluso, “inmoral”; en las calles de Qarpatia no es algo infrecuente captar instantáneas como la que estáis viendo.

Aunque fuera de su contexto nos parezca chocante, puedo aseguraros que en esta ciudad se contempla como algo completamente natural (no exento de atractivo, claro está,  pero sin incurrir en posicionamientos morbosos ni caer en la sordidez).

Tal vez, más adelante, os refiera con mayor detalle las notables circunstancias que favorecen que esto sea así, pero; de momento; permitid que sencillamente me deleite con la singular y atípica belleza de esta estampa urbana de un día de principios de otoño.




Variaciones sobre una ponygirl.

Rincón observatorio.

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Poco a poco, las noches se van alargando y, entre tanto, los termómetro comienzan a experimentar un paulatino descenso propiciando que parte de la humedad dispersa en el ambiente se deposite sobre el terreno en forma de rocío. Cuando esto sucede; siempre que el resto de las condiciones climatológicas resulten propicias; tenemos la oportunidad de observar con mayor nitidez el firmamento nocturno (y más aún si nos alejamos de la perniciosa influencia que la luz artificial ocasiona sobre la óptima contemplación de la bóveda celeste).

Si a todo lo anterior le añadimos el “plus” de contar con un lecho confortable y acogedor desde el que poder realizar dicha actividad, entonces podríamos obtener un resultado bastante similar al que proporciona este rincón en concreto.

Únicamente se le podría apuntar una ligera pega, y es que…; si deseamos hacerlo en “buena compañía”, enmarcados en tan idílico escenario; resulta bastante “tentador” dejarse arrastrar por la pasión del momento y… ya sabemos lo que le sucede a las superficies acristaladas cuando se ven expuesta a un acentuado contraste de temperaturas. Cuestión de prioridades.

Que disfrutéis todos de una feliz, y despejada, jornada de domingo.




Cara o cruz.

Sincronismos.

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No existe nada más interesante que la conversación de dos amantes que permanecen callados.



Achile Tournier.(Escritor francés)



Sugerencias panorámicas.

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Un estímulo puede surgir de improviso,
repentino y arrebatador,
como rayo que resquebraja con sus aristas
la plomiza solidez de un cielo tormentoso.

Pero…, a veces, también nace de sutiles coincidencias,
de la insospechada conjunción de elementos cotidianos
que se entretejen para exponer un efímero tapiz
que sirva de deleite a aquellos ojos que se hayan tomado la molestia de pararse a observarlo.

Son instantes sorprendentes de armónicos firmes,
de confluencia cósmica entre el ego y el todo,
como si fueran revelaciones serenas reflejo de nuestros anhelos
que posibilitan replanteamientos ampliando nuestras miras.





El "toque" femenino.

Servicios a la comunidad.

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La  mayor parte del territorio qarpadio permanece vedado a todo aquel que no sea ciudadano de pleno derecho (excepción hecha sobre aquellos individuos que estuvieran realizando algún servicio encomendado por la autoridad o en aquellos otros casos que constituyeran una emergencia o necesidad inapelable).

He podido saber; no obstante; que en el departamento de Ledia (región en la que se encuentra ubicada la propia Qarpatia) sí que se permite el tránsito y la estancia de personas de cualquier nacionalidad, siempre y cuando, eso sí, reúnan determinados requisitos.

Toda esa gente que; en función a sus posibilidades, opten por desplazarse a estos contornos por un periodo limitado; cuentan con la posibilidad de contribuir activamente (siempre de acuerdo a sus deseos e inquietudes) con la dinámica de funcionamiento que impera en la sociedad de Qarpadia.


Las fórmulas que permiten establecer esa “colaboración” pueden ser de índole muy diversa, pero…, sí, no faltan alternativas como las que seguramente ya os estaréis imaginando.



Desinhibidos.

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Las noches en Qarpatia pueden deparar múltiples y variadas sorpresa; sobre todo entre quienes no están a acostumbrados a desenvolverse en entornos como este donde el erotismo y la sexualidad pueden hacer gala de una presencia tan marcada.

En cualquier momento o lugar, se puede ser testigo de comportamientos tildados de “indecorosos” en cualquier otra parte del mundo; si bien hay que tener en cuenta que el concepto de “moralidad” que manejan los qarpadios tiende a diferir “ligeramente” del que suele imperara en otros lugares.


Así las cosas, no os inquietéis si…; de repente, en cualquiera de vuestros paseos por la ciudad; contempláis como la pasión y los instintos carnales surgen con inusitada naturalidad como trasfondo a vuestro recorrido.














Rincón Bond... James Bond.

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Apoyándome  en el inminente estreno de la última entrega de las aventuras del más mítico de los agentes de los servicios secretos británicos, os propongo este cinematográfico rincón que; si bien no resultará del gusto de todos; sí que hará las delicias de todos los incondicionales de la saga.

Aunque pudiera parecer que no viene demasiado a cuento, también me sirve para reivindicar una serie de “actitudes” que caracterizaban a este personaje en sus inicios y que han quedado indisolublemente ligadas a la época en la que el actor Sean Connery se ocupaba de darle vida.

Los modos, la estética y la esperanza de un futuro que (finalmente) no discurrió por los cauces esperados, me hacen sentir una cierta nostalgia por aquellos años cargados de ilusión  e ingenuidad.

Como se suele decir: “no es bueno vivir anclados en el pasado”,lo cual resulta muy cierto. Pero,  de igual forma, también hay quienes manifiestan que: “el pasado puede ser un buen lugar para visitar”, así que; por un día; no pasa nada si nos dejamos abrigar por los recuerdos.

Te tengáis todos una muy feliz y…; si lo deseáis; retrospectiva jornada de domingo.



Ecos del placer.

Confluencia.

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Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección.


Antoine de Saint-Exupery.(Escritor y piloto francés)




Alma Mater.

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Se ha extinguido la luz de ese faro
que por tantos años guardó el horizonte.
Se ha consumido la llama
que servía de referencia en las noches oscuras.
Quebrada por completo la conexión
que hacía de nexo con las enseñanzas del pasado
para que no se perdieran
en las simas del tiempo.


El saber que atesoraba
vendrá a cubrirse de olvido,
enterrado entre los lodos
de un presente desbordado.
Y de los sabios consejos,
nacidos de la experiencia,
nada será recordado
en tan volátil “ahora”.


El pilar resquebrajado
no sostenía más peso
y cedió, finalmente,
abatido por los años;
para fundirse al instante
en los cimientos de la morada ancestral
que habrán de ocupar cuantos vengan
a continuar la cíclica partida de la existencia.


Pienso entonces en la estrella declinante,
en ese sol que desciende débil en apariencia,
no para desaparecer en un abismo frío y oscuro
sino para que otros enclaves puedan ser partícipes de su brillo.





Una incógnita muy personal.

Razón o pretexto...?

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Existen muchas cosas que no nos atrevemos a hacer porque son difíciles, pero en realidad son difíciles porque no nos atrevemos a hacerlas.



Séneca. (Filósofo latino)




Cognomen.

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Errante figura que sacude el desconsuelo
mediante artes oscuras que atestigua su mirada
ajena al hastío de enrevesadas virtudes
que al final juegan en contra si se pretende observarlas.


Versada en el desengaño de esa bondad que es inquina,
y se sostiene en el pago de los favores prestados,
arremete con arrojo contra dobleces y excusas
para exiliarse; más tarde; de ese universo de antojos.


Descreído e ingobernable se le juzga desde fuera
por no ceder a un chantaje tan ricamente adornado
y así lo excluyen cobardes quienes manejan los hilos
con el fin de sustraerle su porción en el reparto.


No saben que no le importa porque esa parte ya es suya
y no hay forma de extraerla de una esencia ya arraigada
y, por mucho que la envidien y la deseen con anhelo,
no es posible recibirla sin construirla en el alma.


Aún así no se conforman y tratan de arrebatarla
mas la figura se aleja y los deja sin palabras
recriminando sus actos mientras les da buena muestra
de esa crítica vehemente que domina al “jundinaire”.



Cercado.

Aguardando.

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“El que espera… desespera”  reza un dicho popular. Pero es precisamente sobre ese concepto; el de la espera; sobre el que se sustenta en gran medida la filosofía de vida de los qarpadios. Hay que incidir, no obstante, sobre lo distinta que resulta la significación que ellos le dan en comparación a la nuestra.

Inicialmente, incluso yo mismo albergaba bastantes reservas en relación a los beneficios que son capaces de proporcionar el aplomo y la paciencia, pues…; aunque no pueda presumir de conocer al dedillo el amplio espectro de connotaciones culturales ligadas a esta idea a lo largo y ancho del mundo; sí que puedo afirmar que, en el lugar del que procedo, el hecho de esperar suele ser entendido como un acto de resignación o; hasta incluso; de renuncia. Si algún asunto tiende a ver aplazada su conclusión, casi siempre se va viendo demorado más y más hasta que; finalmente, por un motivo u otro; queda inconcluso de forma indefinida o definitiva.

En Qarpadia todo esto se tiende a enfocar desde un prisma bien distinto. Ni que decir tiene que la espera se contempla como un elemento natural (e, incluso, exigible), pero las gentes de estos contornos gustan de ceñirse a su significado más literal. La paciencia es para ellos una virtud imprescindible, pero también lo es el cumplimiento de los plazos y compromisos acordados. Todo el mundo en estos lares se muestra plenamente convencido de que sus expectativas terminarán teniendo un desenlace razonablemente acorde al esperado.

Mientras que en otros enclaves da la impresión de que los acuerdos que se alcanzan no fueran de obligado cumplimiento; y que, de llevarse a término, hubieran de estar considerados como un regalo o favor que, más adelante, habría de ser restituido; en Qarpadia pocas cosas resultan más deleznables que el hecho de faltar a la palabra que se ha dado. Cualquier intento de eludir un compromiso; independientemente de las argucias empleadas a tal efecto; se convierte en una mancha muy difícil de borrar en la trayectoria personal de cualquier individuo, pues pocos oprobios están peor considerados que el de no resultar digno de confianza.

Teniendo en cuenta todo lo anterior… ni sonrisas condescendientes, ni halagos interesados, ni dudosos “colegueos”. En Qarpadia priman los hechos y de ahí que para ellos la espera guarde bastante relación con la seguridad, la esperanza y la ilusión (aderezado todo ello con el toque “justo” de incertidumbre). Lástima que en otros lugares no seamos capaces de extraer de esa misma circunstancia todo el partido que aquí les reporta, pues…; para todos cuantos habitan estas tierras; la espera es entendida casi como un arte, y como suele decirse también (acertado contrapunto frente al inicio de esta crónica)… “todo le llega a quien sabe esperar”.







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