Que cualquier rincón está dotado de una identidad propia es algo que salta a la vista. Cada uno cuenta con un estilo determinado y nos trasmite unas sensaciones notablemente distintas.
Hoy he querido traeros un ejemplo de espacio impregnado de esa sobriedad que se supone inherente al concepto decorativo bajo un punto de vista masculino.
No es que yo sea de creer a “pies juntillas” en una inamovible expresión estética en función del género; aunque sí que es verdad que existen determinadas “querencias” en ese sentido.
Sea como fuere, me ha parecido buena idea dejar aquí un ejemplo de este “patrón estilístico”, pues; en buena lógica; no deja de ofrecer un buen número de posibilidades.
Que disfrutéis todos de una feliz y…; sin ningún ánimo sexista; “varonil” jornada de domingo.