Entornos en penumbra regados por la luz artificial que parecen cobrar un acentuado protagonismo de la mano de la decadente atmósfera que emana del otoño. Reductos exclusivos, ocultos y esquivos, hogar de vivencias privadas y placeres insólitos. Estancias de una inspirada solidez lumínica que son la antesala a experiencias elípticas. Reguardadas reservas de inventiva desbordada.
Que disfrutéis todos de una muy feliz, y “chispeante”, jornada de domingo.